Vasikara © · Todos los derechos reservados · Política de Privacidad · Política de Cookies · Accesibilidad
Crecí insumisa. Desde muy pequeña no permitía que me impusieran nada, pese a las consecuencias. Una en mí rechazaba haber nacido niña. Me enfadaba a menudo; mi herida de injusticia siempre presente. Ya sentía la vulnerabilidad de nacer en esta piel.
Nunca cuelgo el delantal porque nunca he llevado uno. No quiero ser madre, ni cuidar porque sí, como si hubiera nacido para eso. Soy "emprendedora" porque no soporto que me digan lo que tengo que hacer.
Siempre estuvo presente en mí el gozo y la alegría de vivir. Voy abrazando y dejando expresarse a la mujer que soy, sintiendo su belleza y potencial, aún con todas las estructuras patriarcales que nos rodean, con todo lo que queda por defender. Descubro a menudo el poder de esa vulnerabilidad que antes temía, la cual me permite sentir y sentirme conectada con lo que me rodea. Las heridas van sanando y aprendo a soltar patrones, juicios y complejos a mi ritmo.
Creo que nacer mujer, tarde o temprano y para poder habitar este mundo, nos pide ser salvajemente insumisas, valientes, transgredir de alguna forma lo establecido...
Dicen que somos muchas mujeres en una. Hoy las abrazo a todas y cada una de ellas. Prometo cuidar este espacio, dentro de mí, donde puedan ser libres.
Hoy, os abrazo a todas, MUJERES.